Esta semana seis gremios del sector energético, que conforman el comité intergremial, tomaron una postura unificada en torno a la “posibilidad de una crisis sistémica que puede afectar el suministro de energía eléctrica y gas natural”. Para Acolgén, Andeg, Naturgás, Andesco, SER Colombia y Asocodis, el Gobierno Nacional debería adoptar “conjuntamente soluciones inmediatas que eviten la interrupción de estos servicios” y mitiguen alzas en sus tarifas.
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Este frente sectorial incluye los generadores de energía, las térmicas, las empresas de gas natural, los proyectos de renovables, las empresas de servicios públicos y las distribuidoras de energía. Si bien el Ministerio de Minas y Energía ha instado a los seis gremios a “promover discusiones argumentadas, serenas y transparentes”, las distintas alarmas que estas asociaciones empresariales han disparado no solo están basadas en cifras oficiales, sino que también merecen ser atendidas.
En materia de energía eléctrica, las falencias estructurales no surgieron de un día para otro. A las dificultades financieras por los subsidios y la opción tarifaria para las comercializadoras, los efectos de la intervención en la costa Caribe, el estrés generado por el clima y las garantías para la operación y la logística de combustibles para las térmicas, hay que sumar los graves retrasos –incluso de más de cinco años– en la entrada en operación de estratégicos proyectos de generación y transmisión energética.
La seguridad energética de Colombia pasa por el desarrollo sin demora de los pozos y yacimientos de gas nacional.
De acuerdo con XM, en los últimos años, la entrada de energía al sistema ha sido mucho menor de lo esperado y requerido: 28 por ciento en el 2022, 17 por ciento el año pasado y un nivel similar para este 2024. Además, a raíz de las confusas señales regulatorias y jurídicas a los mercados, las billonarias inversiones anuales que el sector energético requiere para responder a la demanda no están llegando. El resultado de todos estos factores es un horizonte de faltantes de energía para 2026 y 2027. No obstante, para el Ministerio de Minas, “existe suficiencia para el abastecimiento de energía”.
El panorama para el gas natural es aún más oscuro. Las cifras del Gestor del Mercado de Gas Natural reflejan que no hay suficiente gas para cubrir las necesidades de contratación en firme para 2025 y 2026. Según Naturgás, el déficit de este energético empezará a partir de diciembre. Este escenario es tanto alarmante como paradójico ante las ventajas del gas en la transición energética y su uso por 36 millones de colombianos.
La seguridad energética de Colombia pasa por el desarrollo sin demora de los pozos y yacimientos de gas nacional, costa afuera y en el territorio, así como la infraestructura para su transporte y la regulación pertinente. Asimismo, en el corto plazo, una combinación de medidas podría incorporar todas las fuentes de suministro factible, locales e importadas, las regulaciones necesarias para su comercialización y acelerar trámites, licencias y conexiones.
Más allá de la discusión sobre los puntos de desacuerdo del Gobierno con los privados, la prudencia indica que un llamado unificado de los gremios energéticos merece ser recibido como una propositiva invitación a actuar con sentido de cautela y prevención ante cualquier riesgo.
La Casa Editorial EL TIEMPO hace parte de un grupo empresarial que incluye compañías dedicadas a transportar y distribuir gas.